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No fue suerte.

Actualizado: 24 ago

En un mundo obsesionado con el éxito inmediato, es común escuchar a la gente decir que alguien "tuvo suerte".


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Muchas personas atribuyen logros ajenos al azar, a un golpe de fortuna y no al trabajo constante y silencioso que hay detrás. Sin embargo, detrás de cada historia de éxito, la suerte (de existir) solo es una pequeña anécdota. Por todo esto: No, no te la creas. No fue suerte.


Si miras con detenimiento verás que la llamada "suerte" es la sombra de una serie de decisiones conscientes. Fue el reflejo de los valores que desarrollaste. Fue el resultado de tus hábitos y de tu rutina. Fue la disciplina diaria que, poco a poco, acercó tus objetivos.


El éxito no llega por casualidad; se construye. Se basa en tu capacidad para levantarte después de cada caída, para aprender de los errores y seguir adelante. Se nutre de tus ganas de aprender, de la curiosidad que te empuja a crecer y mejorar día a día.


Las decisiones que tomaste, las que te alejaron de lo fácil para acercarte a lo correcto, fueron las que marcaron la diferencia. Fue tu determinación, esa fuerza interna que te impidió rendirte cuando las cosas se pusieron difíciles.


La suerte es el atajo de quienes no quieren ver el esfuerzo ajeno. Pero el verdadero motor de tus logros es y va a seguir siendo siempre tu actitud. Esa actitud impide que el azar escriba tu historia…


PD: como siempre digo, toma lo que te sirva y el resto desliza. Estos artículos son de opinión.

 
 
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