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Teatro Colón de Buenos Aires: Una maravilla histórica en el corazón dela ciudad.

Actualizado: 18 ago

Visitar el Teatro Colón de Buenos Aires es adentrarse en un universo donde el arte, la historia y la arquitectura se entrelazan. Más que un simple recorrido turístico, la visita guiada de 50 minutos se convierte en un viaje a través de los años, revelando los secretos de uno de los teatros más importantes del mundo. Con la posibilidad de adquirir entradas en su web o en boletería, y con salidas frecuentes de grupos reducidos y en distintos idiomas, la experiencia está al alcance de todos.


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Recorriendo sus pasillos, la primera impresión es la de un espacio imponente y elegante, cuyo diseño, inspirado en el Palacio de Versalles, tardó 18 años en construirse con materiales traídos principalmente de Europa. Uno de los tantos puntos extraordinarios del recorrido es el Salón Dorado, un espacio deslumbrante y opulento. Allí, apreciamos un techo decorado con oro de 22 quilates y candelabros, construidos en Argentina cuyo peso de cada uno es de más de 200 kilos.


Resulta fascinante saber que este salón fue en sus inicios lugar de encuentro de la alta sociedad antes de asistir a las funciones, donde el idioma exclusivo para hablar era el francés.


Un teatro plagado de historia cuyos detalles nos hablan de una sociedad estrictamente jerárquica. La organización era tan rigurosa que, según el estatus social, el público accedía al teatro por calles distintas, una muestra de cómo la arquitectura también puede reflejar las estructuras sociales de su tiempo.


Sin embargo, el alma del Colón reside en su Sala Principal. La guía nos confirma el prestigio mundial de su acústica, un éxito de la ingeniería y diseño ya que con su forma de herradura y una cúpula especialmente diseñada sumada a la combinación de materiales blandos (como cortinas y alfombras) y duros (bronce y metal) crea la resonancia perfecta para sus siete niveles que suman veintiocho metros de altura. Esta precisa combinación permite que las voces de los cantantes se escuchen con claridad en cada rincón, sin la necesidad de utilizar micrófonos, una verdadera proeza para la época.


El recorrido por el Teatro Colón es mucho más que una simple visita. Es una oportunidad para admirar la belleza que la arquitectura tiene por ofrecer y comprender la historia. Una experiencia absolutamente recomendable para sentirte parte de la tradición cultural a la que pertenecemos.

 
 
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